domingo, 26 de marzo de 2017

Movilización y cambios posturales



Definición:

Describe una serie de pautas encaminadas al uso eficiente, coordinado y saludable del cuerpo, dirigidas a movilizar los pacientes y a llevar a cabo las actividades que entrañen un especial riesgo de lesiones músculo esqueléticas en el trabajo reduciendo así la energía requerida para moverse y mantener el equilibrio, evitando la fatiga innecesaria y la aparición de lesiones.

Objetivos:

  1. Describir los fundamentos teóricos de la mecánica corporal necesarios para llevar a cabo la movilización de pacientes en el ámbito hospitalario, con el fin de permitir una buena alineación de todo el cuerpo.
  2. Facilitar el uso eficiente y sin riesgo de los grupos musculares apropiados para mantener el equilibrio, disminuir la energía necesaria, reducir la fatiga, prevenir y eludir el riesgo de lesiones al paciente y al equipo.
  3. Potenciar la autonomía del paciente, asistiéndolo de forma pasiva solo cuando sea estrictamente necesario, buscando siempre su colaboración.

Principios generales de la mecánica corporal:

A la hora de movilizar un paciente se tendrán en cuenta los principios generales de la mecánica corporal, que son:
  1. Alineación corporal (postura): es la organización geométrica de las partes del cuerpo relacionadas entre sí.
  2. Equilibrio (estabilidad): es un estado de nivelación entre fuerzas opuestas que se compensan y anulan mutuamente para conseguir una estabilidad.
  3. Movimiento coordinado del cuerpo.

Conociendo estos principios podemos incorporar a nuestra práctica los siguientes aspectos:

  1. Trabajar a favor de la gravedad facilita el movimiento.
  2. El esfuerzo que se requiere para mover un cuerpo depende de la resistencia del cuerpo y de la fuerza de gravedad.
  3. Es importante conservar nuestro centro de gravedad bajo, flexionando la cadera y rodillas y evitando flexionar el tronco. De esta forma, se distribuye el peso de forma uniforme entre la mitad superior e inferior del cuerpo y se mantiene mejor el equilibrio.
  4. Apoyarse sobre una base amplia, separando los pies a la altura de los hombros, proporciona estabilidad lateral y desciende el centro de gravedad.
  5. Cuando una actividad requiera de esfuerzo físico, trate de usar tantos músculos o grupos de músculos como le sea posible.
  6. Los cambios de actividad y posición nos van a ayudar a conservar el tono muscular y evitar la fatiga.
  7. Ampliar el punto de apoyo aumenta la estabilidad corporal, además de que aumenta la fuerza que se puede aplicar. Si el paciente está en la cama, podemos colocar una rodilla sobre ésta para aumentar la base, de forma que el centro de gravedad de la unidad formada por el paciente y el asistente esté dentro de ella.
  8. Colocarse en dirección de la tarea que se va a realizar y girar todo el cuerpo (y no de forma segmentada) disminuye la posibilidad de aparición de lesiones en la espalda.
  9. Tirar o deslizar un objeto requiere menor esfuerzo que levantarlo, porque para ello es necesario moverlo contra la fuerza de gravedad. Para tirar de un objeto aumente la base de sustentación retrasando su pierna dominante si está frente al objeto o adelante la misma si está de espaldas a él.
  10. Es mejor levantar cargas doblando las piernas que utilizar los músculos de la espalda. Usar los brazos como palancas para aumentar la fuerza de elevación. Acercando el peso lo máximo posible al cuerpo, usando palancas cortas para evitar una excesiva tensión en la columna dorsal. En la medida de lo posible la carga extra debe ir dirigida a nuestros miembros inferiores, cuyos músculos son grandes y se les puede solicitar un sobreesfuerzo con un menor riesgo.
  11. Para empujar un objeto aumentar la base de sustentación moviendo hacia delante un pie. Usar en la medida de lo posible carros que faciliten el desplazamiento.
  12. Para mover o cargar objetos, mantenerlos lo más cerca posible de nuestro centro de gravedad.
  13. Utilizar el peso del propio cuerpo como fuerza para tirar o empujar, balanceando el peso sobre los pies, coordinando las fuerzas del paciente con las nuestras, evitando que tengan sentidos opuestos para no aumentar la resistencia.

Recomendaciones para ayudarle a proteger su cuerpo de lesiones:

  1. Mantener los pies planos sobre el suelo y separados a la altura de los hombros.
  2. Mantener la espalda recta.
  3. Contraer los músculos del abdomen. Realizar una báscula pélvica para evitar la hiperlordosis lumbar.
  4. Mantener el objeto cerca del cuerpo.
  5. Mantener los brazos a los lados del cuerpo.
  6. Caminar con la espalda bien alineada.
  7. Si está ayudando a alguien a caminar, puede pasar uno de sus brazos alrededor de la espalda de la persona. Tenga el otro brazo listo para ayudar en caso necesario. Use el desplazamiento de su propio cuerpo al caminar para transmitírselo al paciente.
  8. Cuando se agache a recoger un objeto, flexione las caderas y rodillas. NO flexionar el tronco.
  9. Tener hábitos de vida saludables, realizando ejercicio con regularidad para mantener la forma física en general; realizar ejercicios que fortalezcan los músculos pélvicos, abdominales y lumbares. Controlar el peso llevando una alimentación sana y equilibrada. Practicar ejercicios de relajación para disminuir la tensión muscular y el estrés.

Consideraciones generales:

  • En pacientes demasiado pesados y poco colaboradores es aconsejable el uso de una segunda sábana bajo la espalda del paciente que ayudará a los profesionales a realizar la maniobra que corresponda.
  • Si se permanece de pie durante un tiempo, flexionar periódicamente una cadera y una rodilla, apoyar el pie, si es posible, en algún objeto (banquito).
  • Evitar los esfuerzos musculares continuos y repetitivos, alternando periodos de actividad con otros de descanso, así como todos aquellos movimientos que nos provoquen dolor.

Finalidad de cambios posturales en pacientes encamados:

  1. – Evitar la aparición de isquemia en los llamados puntos de presión, debido a la acción de la gravedad y al propio peso.
  2. – Evitar que la ropa que cubre la cama roce la piel y llegue a producir lesiones.
  3. – Prevenir la aparición de úlceras por presión.
  4. – Proporcionar comodidad al paciente.
  5. Para ello el auxiliar de enfermería debe cuidar que:
  • – Las sábanas estén limpias, secas y bien estiradas.
  • – Las zonas de mayor presión corporal estén protegidas.
  • – Las piernas estén estiradas y los pies formen ángulo recto con el plano de la cama.
  1. Para realizar los cambios posturales se necesitan los siguientes materiales:
  • – Almohadas y cojines.
  • – Férulas.
  • – Ropa limpia para cambiar la cama.
  • – Protectores de protuberancias si fueran necesarios.

Procedimientos para colocar al paciente en diferentes posiciones:

Estos procedimientos se denominan cambios posturales. Para realizarlos correctamente tendremos en cuenta los aspectos generales nombrados en la introducción anterior.

Los cambios posturales frecuentes evitarán las úlceras por presión o de decúbito y las movilizaciones frecuentes mejorarán el tono muscular, la respiración y la circulación del paciente.

Para movilizar al paciente se deberá tener en cuenta su estado y si puede colaborar en dicha movilización.

Movilización del paciente hacia la cabecera de la cama

Paciente colaborador

  1. Es necesario colocarse junto a la cama del enfermo, y a la altura de su cadera.
  2. Decirle al enfermo que se sujete a la cabecera de la cama y flexione sus rodillas, apoyando la planta de los pies sobre la cama.
  3. Colocar nuestros brazos bajo las caderas del paciente.
  4. Pedir al paciente que, haciendo fuerza con sus pies y brazos, intente elevarse, y ayudarlo a subir con su propio impulso.










Ayudar al paciente a sentarse al borde de la cama


Teniendo en cuenta que hoy en día las camas hospitalarias son articuladas, facilita mucho esta labor. En cambio, en pacientes encamados en domicilio, este recurso a veces no está al alcance y las maniobras se hacen más trabajosas.

En el medio hospitalario, se llevará a cabo del siguiente modo:
  1. Colocaremos al paciente en Fowler, siendo preferible que esté cerca del borde de la cama para realizar el movimiento lo más cerca posible del paciente. Es aconsejable dejar un momento al paciente en esta posición para ir adaptando la circulación a las diferentes posiciones que va ir adoptando. De esta forma evitaremos descompensaciones en la frecuencia cardiaca.
  2. El celador/a o T.C.A.E colocará el brazo más próximo al paciente por debajo del hombro dando apoyo siempre a la zona del cuello del paciente y la otra mano en la pierna más alejada, zona exterior de la rodilla, inclinamos el tronco y flexionamos las rodillas para de este modo hacer el giro del paciente y sentarlo al borde. 
  3. Si el profesional no abarcara desde el hombro a la pierna podrá ser ayudado de otro compañero para que este ayude a girar las caderas-piernas del paciente.
  4. Este movimiento debe realizarse sin brusquedades ya que puede provocar mareos y sincopes en el paciente. Observe al paciente y pregúntele si está bien.
  5. Permitirle que esté unos minutos sentados, hasta que haya alcanzado un equilibrio adecuado y se encuentre cómodo, antes de pasar a la silla o sillón. Esto ayuda a restablecer la circulación sanguínea. Mantén sujeto al paciente por si se mareara.









Traslado de pacientes de la cama a una silla o silla de ruedas


  1. 1. Se requiere un proveedor de atención médica. El paciente debe ser evaluado como asistencia de una sola persona.
  2. 2. Realizar higiene de manos según protocolo.
  3. Explique qué sucederá durante el traslado y cómo puede ayudar el paciente.
    Este paso brinda al paciente la oportunidad de hacer preguntas y ayudar con el posicionamiento.
  4. 3. Baje la cama y asegúrese de que se apliquen los frenos.
    • Coloque la silla de ruedas al lado de la cama en un ángulo de 45 grados y aplique los frenos. Si un paciente tiene debilidad en un lado, coloque la silla de ruedas en el lado fuerte.
    • Asegúrese de que los frenos de la silla de ruedas estén aplicados.
  5. 4. Siéntese al paciente al costado de la cama con los pies en el suelo. Coloque el cinturón de seguridad cómodamente alrededor de la cintura (si es necesario).
    Coloque las manos en la cintura para ayudar a ponerse de pie.
  6. Los pies del paciente deben estar entre los pies del médico.
  7. 5. Mientras el paciente se inclina hacia adelante, agarre el cinturón de seguridad (si es necesario) del costado del paciente, con los brazos fuera de los brazos del paciente. Coloque sus piernas en la parte exterior de las piernas del paciente. Los pies del paciente deben estar apoyados en el suelo.
    Muévase hacia adelante y hacia atrás para generar impulso.
  8. 6. Cuente hasta tres y, utilizando un movimiento de balanceo, ayude al paciente a ponerse de pie cambiando el peso del pie delantero al pie trasero, manteniendo los codos hacia adentro y la espalda recta.
    • Cambio de peso a la pierna trasera por parte del proveedor de atención médica
  9. 7. Una vez de pie, haga que el paciente retroceda unos pasos hasta que pueda sentir la silla de ruedas en la parte posterior de sus piernas. Haga que el paciente agarre el brazo de la silla de ruedas y se incline ligeramente hacia adelante.
    • Asegúrese de que el paciente pueda sentir la silla de ruedas en la parte posterior de las piernas antes de sentarse.
  10. 8. Mientras el paciente se sienta, cambie su peso de atrás hacia adelante con las rodillas dobladas, el tronco recto y los codos ligeramente flexionados. Permita que el paciente se siente lentamente en la silla de ruedas, utilizando los reposabrazos como apoyo.
  11. Esto permite que el paciente esté colocado correctamente en la silla y evita lesiones en la espalda de los proveedores de atención médica.









Asistencia a reiniciar la Deambulación


El acto de caminar, tiende a iniciarse actualmente con prontitud, tanto para evitar la aparición de lesiones relacionadas con la inmovilidad, como para conseguir que el paciente recupere su independencia lo antes posible y colabore en sus cuidados.

El inicio lo señala el médico, y se hace de forma gradual: al principio el paciente debe de ser capaz de conservar la posición sentada sin complicaciones, después la de bipedestación, y más tarde, puede comenzar a dar pequeños paseos que no le fatiguen en exceso, siempre que conserve el equilibrio.

En algunas ocasiones, después de largos períodos de convalecencia en cama, deberá transcurrir un tiempo para que el paciente se reacostumbre a la posición vertical. Esta adaptación, suelen planificarla los fisioterapeutas, para lo que pueden valerse de medios como la cama electrocircular o el plano inclinado.

Cuando el paciente mantiene la bipedestación y puede caminar, a veces será necesario el empleo de medios auxiliares, como andadores, sillas de ruedas y muletas, o la ayuda del personal de enfermería para el desplazamiento.

Antes de comenzar el procedimiento debemos realizar una breve valoración del estado de salud para actuar con seguridad.

Consideraciones especiales:

  1. Evaluar la capacidad para moverse (estabilidad, agilidad, amplitud y velocidad de movimiento…).
  2. Valorar dolor o malestar con el movimiento.
  3. valorar la capacidad para entender explicaciones.
  4. Realizar higiene de manos .
  5. Acondicione la habitación para tomar precauciones adicionales .
  6. Preséntese al paciente.
  7. Confirme la identificación del paciente utilizando dos identificadores de paciente (p. ej., nombre y fecha de nacimiento).
  8. Escuche y preste atención a las señales del paciente.
  9. Garantizar la privacidad y dignidad del paciente.
  10. Evaluar patologías y situaciones de riesgo.
  11. Asegúrese de que los tubos y los accesorios estén colocados correctamente antes del procedimiento para evitar su extracción accidental.
  12. Traiga los dispositivos de asistencia necesarios y el calzado adecuado.

Técnicas y procedimientos:

  1. 1. Asegúrese de que el paciente no se sienta mareado o aturdido y que tolere la posición erguida.
  2. Indique al paciente que se siente primero en el costado de la cama, antes de deambular.
    • Asegúrese de que el paciente lleve calzado adecuado e infórmele hasta dónde deambulará. El calzado adecuado es el calzado antideslizante o resistente a resbalones. Los calcetines no se consideran calzado adecuado.XXX
    • Consulte las órdenes del médico para conocer cualquier restricción de actividad relacionada con el tratamiento o procedimientos quirúrgicos.
    • El calzado adecuado es fundamental para prevenir caídas accidentales.XXX
  3. 2. Coloque el cinturón de seguridad cómodamente alrededor de la cintura del paciente si es necesario.
    • Los cinturones de seguridad se colocan sobre la ropa.
    • El cinturón de seguridad debe estar ajustado, no apretado.XXX
  4. 3. Ayude al paciente parándose frente a él, agarrando cada lado del cinturón de seguridad, manteniendo la espalda recta y las rodillas dobladas.El paciente debe ser cooperativo y predecible, capaz de soportar peso sobre sus propias piernas y tener un buen control del tronco. Aplique el cinturón de seguridad si es necesario para obtener apoyo adicional.XXX
  5. 4. Mientras sostiene el cinturón, muévalo suavemente hacia adelante y hacia atrás tres veces. La tercera vez, coloque al paciente en posición de pie.
    Esta acción proporciona impulso para ayudar al paciente a ponerse de pie.
  6. 5. Una vez que el paciente esté de pie y se sienta estable, muévase hacia el lado no afectado y agarre el cinturón de seguridad en el medio de la espalda. Con la otra mano, sostenga la mano del paciente más cercana a usted.
    • Si el paciente no necesita un cinturón de seguridad, coloque la mano más cercana al paciente alrededor de la parte superior del brazo y sostenga la mano del paciente con la otra mano.
    • Estar al lado del paciente proporciona asistencia sin bloquearlo.
    • Ayudar a la deambulación con un cinturón de seguridad.
  7. 6. Antes de alejarse de la cama, pregunte al paciente si se siente mareado o aturdido. Si es así, vuelva a sentar al paciente en la cama.
    • Si el paciente se siente estable, comience a caminar, adaptando sus pasos a los del paciente. Indique al paciente que mire hacia adelante y levante cada pie del suelo.
    • Realice siempre una evaluación de riesgos antes de deambular .
    • Camine sólo hasta donde el paciente pueda tolerar sin sentirse mareado o débil.
    • Pregunte al paciente cómo se siente durante la deambulación.
  8. 7. Para ayudar al paciente a volver a la cama, pídale que se pare con la parte posterior de las rodillas tocando la cama. Sujete el cinturón de seguridad y ayude al paciente a sentarse, manteniendo la espalda recta y las rodillas dobladas. Permitir que el paciente descanse después de deambular ayuda a prevenir la fatiga.
  9. 8. Cuando el paciente termine de deambular, quítele el cinturón de seguridad y acomode al paciente en una cama o una silla.
    Esto proporciona un lugar seguro para que el paciente descanse.
  10. 9. Cuando el paciente regrese a la cama, coloque la cama en la posición más baja, levante las barandillas laterales según sea necesario y asegúrese de que el timbre de llamada esté al alcance. Realizar higiene de manos .
    • Colocar la cama y las barandillas laterales en una posición segura reduce la probabilidad de lesiones al paciente. 
    • La ubicación adecuada del timbre de llamada facilita la capacidad del paciente para pedir ayuda.
    • La higiene de manos reduce la propagación de microorganismos.
  11. 10. Documentar la capacidad del paciente para tolerar la deambulación y el tipo de asistencia requerida.
    Esto proporciona una base de referencia de las capacidades del paciente y promueve una comunicación clara entre los proveedores de atención médica.












Complicaciones de la inactividad:

Las personas que requieren cuidados de enfermería pueden permanecer inmóviles durante largos períodos de tiempo. Una persona está inmóvil cuando sus cuerpos no pueden estar activos o solo pueden realizar una actividad muy limitada, como cuando una persona tiene orden de reposo en cama. Sin embargo, permanecer activo es una parte esencial de la salud y el bienestar humanos. Cuando una persona permanece inactiva durante un período prolongado de tiempo, puede tener impactos negativos en varios sistemas corporales diferentes.
  1. Alimentación y digestión: la actividad es importante para la salud gastrointestinal porque ayuda a despertar el apetito y mover los desechos a través de los intestinos. La actividad promueve una digestión saludable, lo que promueve una eliminación saludable. La falta de actividad puede provocar estreñimiento o incapacidad o dificultad para realizar una eliminación regular.
  2. Micción: la actividad regular mejora la eliminación urinaria ayudando al cuerpo a regular su hidratación y sed; La hidratación y la eliminación urinaria regular pueden ayudar a prevenir las infecciones urinarias. Por lo tanto, un resultado de la inactividad puede ser un aumento de las infecciones urinarias como resultado de una hidratación y una regulación de la sed inadecuadas.
  3. Heridas en la piel: la inactividad puede provocar heridas por presión tegumentarias o heridas por presión en la piel que no sanan rápidamente. La actividad mejora la salud general de la piel; Cuando una persona permanece inactiva durante un largo período de tiempo, su piel se estropeará, especialmente alrededor de las zonas que permanecen en contacto con la cama o la silla.
  4. Circulación: La actividad es importante para una circulación saludable o el flujo de sangre a través del cuerpo. Cuando alguien está inactivo, puede producir coágulos de sangre. Los seres humanos deben mantenerse activos para ayudar a que la sangre se mueva con facilidad y normalidad.
  5. Respiración y salud respiratoria: la inactividad afecta el sistema respiratorio de una persona al hacerla más susceptible a infecciones respiratorias como la neumonía. La actividad nos ayuda a respirar más fácilmente, aumenta nuestra capacidad pulmonar y nos ayuda a combatir infecciones en los pulmones.
  6. Salud muscular: La actividad aumenta el flujo sanguíneo y mejora la fuerza y ​​el acondicionamiento de nuestros músculos. Sin actividad, los músculos de una persona pueden atrofiarse y desarrollar contracturas. Esto significa que se debilitan a medida que se vuelven más pequeños y blandos. Una contractura ocurre cuando un músculo se acorta y se tensa, lo que puede hacer que el músculo sea menos efectivo.
  7. Salud mental y cerebral: La actividad es importante para nuestro sistema nervioso porque nos relaja y nos da sueño después. La falta de actividad y de sueño puede provocar problemas de salud mental, problemas agravados con el sueño y dificultad para concentrarse.
  8. Equilibrio hormonal: la actividad es importante para nuestro sistema endocrino porque ayuda a nuestro cuerpo a mantener en equilibrio las hormonas de la dieta. Sin actividad, el aspecto hormonal de la digestión y el procesamiento de nutrientes se desequilibrará. Esto puede provocar un aumento de peso y una disminución de la absorción de nutrientes de los alimentos.



















+ Leidos

Temas Enfermeria

Derechos reservados por ATENSALUD - Enfermeria Geriatrica y Socio-sanitaria © 2010-2017
Powered By Blogger , Diseñado por ATENSALUD

Actualización por E-mail
Recibe información de www.atensalud