martes, 4 de abril de 2017

Necesidad de expresar la Sexualidad


Introducción:

La sexualidad es una de las necesidades básicas de la persona, en concreto, la tercera después de la necesidad de alimentación y la de seguridad.

Normalmente, la sexualidad queda enmarcada dentro de una relación de pareja o de amistad. Pero en la conducta sexual existen muchas diferencias individuales en las que influyen factores bio-psico-sociales, igual que veíamos que ocurría en otros aspectos de la vida.

La diferencia con ellos es que la sexualidad es una relación bidireccional, porque una vida sexual activa influye y favorece positivamente los aspectos fisiológicos y psicológicos de la persona.
La vivencia sexual de los mayores está condicionada por influencias sociales relacionadas con las creencias religiosas, la educación recibida y por la actitud de los otras personas (familia, amigos, compañeros) hacia este aspecto.
En concreto, tiene mayor influencia la opinión de otros grupos etarios más jóvenes (por ejemplo, los hijos y los nietos).

La sexualidad en la vejez persigue los mismos objetivos que en otra etapa de la vida: placer del contacto corporal, comunicación, dignidad, aceptación sin paternalismos y la seguridad emocional que da sentirse querido.

La conducta sexual viene motivada originariamente por tres aspectos: la reproducción, el deseo de placer y la comunicación afectiva. La actividad sexual favorece la intimidad y la autoestima de ambos partícipes, pero no implica necesariamente la práctica exclusiva del coito.

Debe aceptarse que los mayores, en su mayoría recibieron una educación sexual deficitaria y, en la actualidad, continúan desinformados (guardan creencias negativas al respecto) y temen pedir información. Cuando, en el mejor de los casos, se atreven a pedirla, lamentablemente se suelen encontrar con respuestas evasivas, incluso de los propios profesionales.

Los mayores que mantienen el deseo o la actividad sexual normalizada se suelen sentir avergonzados por los estereotipos sociales que plantean que la sexualidad y la vejez son situaciones incompatibles.

Como profesionales de enfermería, nuestros objetivos irán encaminados a los siguientes aspectos:
  • Conocer los hábitos del anciano de su situación de sexualidad: Pareja, capacidad de relación, inhibiciones etc .
  • Promover la expresión en los mayores de su «problemática sexual» y erradicar las falsas creencias.
  • Ofrecer educación sanitaria sobre el alcance de la sexualidad en el anciano; dar a conocer los cambios que se esperan normalmente con el envejecimiento corporal, para que cada uno se adapte a la nueva situación y optimice sus posibilidades, facilitar herramientas que fomentes la independencia sexual.
  • Favorecer que las personas mayores tengan unos vínculos afectivos estables y, si lo desean, también íntimos.

Factores que influyen en la conducta sexual:

La conducta sexual en la vejez depende de multitud de variables: salud general, disponibilidad de un compañero(a) sano(a), nivel educativo y social, creencias sexuales, historia sexual previa, intereses y
prácticas sexuales previas, grado de satisfacción con la vida, personalidad, etc.

No obstante, la comunidad científica pone mayor hincapié a los siguientes factores:
  1. Cambios fisiológicos. Cuando envejecemos experimentamos cambios normales en el cuerpo que pueden influir en la respuesta sexual de las personas. Es importante tener en cuenta que los cambios en la respuesta sexual pueden variar de una persona a otra y no necesariamente significa que una persona no pueda disfrutar de una vida sexual satisfactoria en la tercera edad. Sin embargo, algunos de los cambios más comunes son:
  2. Cambios hormonales: Los niveles hormonales suelen disminuir con la edad. En hombres, la testosterona disminuye gradualmente, aspecto que puede disminuir el deseo sexual y la función eréctil. En las mujeres, la menopausia marca el fin del ciclo menstrual y la disminución de los niveles de estrógenos y progesterona puede causar sequedad vaginal y disminución de su deseo sexual.
  3. Cambios en la respuesta sexual: En la tercera edad, el tiempo que tarda una persona en responder sexualmente puede aumentar. Es decir, las fases de excitación y meseta -periodo de excitación sexual máximo- pueden tomar más tiempo de duración por factores hormonales. Puntualizar asimismo que suelen experimentar el orgasmo menos intenso, más corto o más lento por una disminución de su sensibilidad sexual y debido a los mencionados cambios hormonales. Finalmente, la fase de resolución –sensación de relajación del cuerpo después del orgasmo indicativa de la vuelta al estado normal– puede ser más prolongada.
  4. Dolor y rigidez en las articulaciones: A medida que envejecemos, el cuerpo humano experimenta una disminución en la producción de lo que se denomina líquido sinovial, el cual puede determinar que las articulaciones se vuelvan menos flexibles y más propensas a la inflamación. Además, el desgaste y la pérdida de cartílago pueden contribuir a la rigidez y el dolor en las articulaciones. El dolor y la rigidez en las articulaciones pueden dificultar las posiciones sexuales y afectar la actividad sexual.
  5. Salud física y mental: La salud física y mental influye en la conducta sexual de una persona mayor. Aquellos que tienen problemas de salud crónicos, dolor crónico, incontinencia urinaria y disfunción eréctil pueden ser menos propensos a participar en actividades sexuales. Además, los cambios psicológicos relacionados con el envejecimiento (como la ansiedad, la depresión, la soledad y el aislamiento social) también suelen afectar a la conducta sexual de una persona mayor.
  6. Medicamentos: La mayoría de personas mayores tienen recetados múltiples fármacos para el tratamiento de sus diferentes afecciones de salud. Desgraciadamente, algunos de los medicamentos prescritos pueden tener efectos secundarios que afectan a la sexualidad de una persona (como la disminución del deseo sexual o la proclividad a una disfunción eréctil).
  7. Cambios en la vida social: La pérdida de un cónyuge o la disminución de la red social son algunas variables que pueden afectar a la conducta sexual de una persona de la tercera edad. ¿Cómo? Hay personas que pueden sentirse menos atraídas por el sexo sin la compañía de una pareja y otras que al estar más aisladas sienten que tienen menos oportunidades de participar en actividades sexuales.
  8. Creencias culturales y religiosas: Las creencias culturales y religiosas también pueden limitar o tender a una visión negativa del sexo en la tercera edad, aspecto que influirá en la conducta sexual de la persona mayor.


Cambios relacionados con la sexualidad en Hombres y Mujeres mayores
Cambios en la conducta Cambios funcionales
Disminución del deseo sexual, fuertemente condicionado por la apariencia física y la autoestima.
  • Disminución del tamaño de ovarios, trompas y útero y atrofia de la mucosa de endometrio, cuello uterino y vagina.
La prevalente incontinencia urinaria inhibe el deseo de contacto íntimo, por prejuicios adquiridos.
  • Tras la menopausia, reducción de los niveles estrogénicos y androgénicos.
Se mantiene la capacidad multiorgásmica, pero de menor intensidad.
  • Enlentecimiento de la fase de excitación sexual. El orgasmo en la menopausia, cuando se consigue, es mucho menos intenso
  • Menor y más lenta secreción de moco cervical,
  • provocando dificultad en la penetración y,
  • posiblemente, dolor. La vagina se hace más
  • vulnerable a posibles lesiones por roce.
  • Menor grado de acidez del medio vaginal,
  • aumentando el riesgo de infecciones.
  • Vagina más corta y menos elástica.
  • Menor intumescencia del clítoris y de la plataforma
  • vaginal.
  • Disminución en frecuencia e intensidad de las
  • contracciones orgásmicas.
  • Menor rubor cutáneo y más limitado, tensión
  • muscular en el coito y tensión mamaria.
  • Aceleración del descenso postcoital.
Menor deseo sexual.
  • Reducción de los niveles de testosterona.
Cambios en la respuesta sexual.
  • Menor sensibilidad peneana.
Coitos de mayor duración.
  • Disminución del número de erecciones nocturnas involuntarias.
Necesidad de caricias directas en los genitales.
  • Enlentecimiento de la erección. Es necesario más tiempo (hasta 10 minutos) y mayor estimulación para alcanzar el orgasmo, siendo éste de menor duración.
Disfrute del coito sin necesidad de llegar a la eyaculación.
  • Menor turgencia del pene erecto debido a la pérdida de
  • elasticidad de los vasos sanguíneos y de la potencia de los
  • músculos.
  • Menor y más lento ascenso testicular durante la excitación por
  • laxitud del cremáster.
  • La eyaculación se retrasa y también la sensación de que la
  • eyaculación es inevitable, lo que se convierte en una ventaja
  • para los eyaculadores precoces.
  • Menor necesidad física de eyacular.
  • Menor producción del líquido pre-eyaculatorio.
  • Menos volumen y calidad funcional de esperma eyaculado.
  • Menor número e intensidad de las contracciones orgásmicas.
  • Aumenta mucho el periodo refractario tras la erección, lo que
  • puede hacer necesario el transcurso de varios días antes de
  • conseguir otra erección completa.
  • Eyaculación en un porcentaje inferior al 100% de los coitos.

Las disfunciones sexuales en la tercera edad:

Las disfunciones sexuales son problemas que afectan la capacidad de una persona para disfrutar y/o participar en actividades sexuales. Las disfunciones sexuales en la tercera edad son una realidad para muchas personas mayores, pero no tienen por qué ser un obstáculo insuperable para mantener una vida sexual saludable y satisfactoria. En la tercera edad, las disfunciones sexuales más comunes son:
  • La disfunción eréctil: Es la incapacidad de un hombre para lograr o mantener una erección durante el coito. Se considera común en hombres mayores debido a los cambios fisiológicos mencionados que ocurren en el cuerpo a medida envejecemos. Impotencia sexual
  • La disminución del deseo sexual: Es la reducción en el interés o deseo por participar en actividades sexuales. Como bien se ha reseñado con anterioridad puede deberse a cambios hormonales, problemas de salud física o mental, medicamentos, cambios en la vida social o simplemente al proceso natural de envejecimiento.
  • La sequedad vaginal: Es un aspecto común en las mujeres mayores, tal y como se ha comentado puede ser causada por la disminución de los niveles de estrógeno en el cuerpo. La sequedad vaginal puede causar dolor durante el coito y puede afectar la capacidad de una mujer para disfrutar de sus actividades sexuales.
  • Los problemas de eyaculación: Los hombres mayores pueden experimentar problemas de eyaculación retardada (incapacidad de eyacular) o precoz (eyaculación demasiado rápida).
  • El dolor durante el coito: Este aspecto puede ser causado por una variedad de factores, como la sequedad vaginal, problemas de próstata en los hombres o la tensión muscular. Puede afectar la capacidad de una persona para disfrutar de actividades sexuales.
  • Otros: Cambios en la auto-imagen o depresión en ambos sexos, problemas de sobrecarga como: prolapsos , carcinomas , problemas articulares , diabetes , cardiopatías , bronquitis , espasmos , dolor , etc

Intervención de enfermerías:

Para promover la salud sexual y el bienestar de las personas mayores es imprescindible fomentar la comunicación abierta y honesta sobre la sexualidad en la tercera edad. El objetivo es ayudar a romper tabús para que se sientan más cómodas expresando sus problemas, necesidades y deseos sexuales. Subrayar que la sexualidad en la tercera edad no se trata solo de actividad sexual: fomentar la intimidad y el afecto -con el contacto físico no sexual- se ha demostrado que es igualmente importante para la salud y el bienestar sexual de las personas mayores.
  1. Facilitar comunicación entre enfermera y anciano y viceversa: Tener una comunicación abierta sobre los problemas sexuales puede ser difícil, pero es fundamental para encontrar soluciones, ya que ayuda a reducir la ansiedad y el estrés asociados con las disfunciones sexuales y fomenta la intimidad emocional y física.
  2. Adiestrar en medios no verbales para comunicarse y que expresen sus emociones (Caricias, tomar la mano).
  3. Facilitar la búsqueda de espacios de intimidad.
  4. Iniciar o estimular al anciano en técnicas de expresión corporal.
  5. Colaborar en la aceptación de las limitaciones físicas si las hubiera.
  6. Información a la preparación, creencias y valores del anciano: Consecuentemente, es vital proporcionar una información precisa y actualizada sobre la sexualidad en esta etapa evolutiva que pueda ayudar a tomar decisiones informadas sobre su salud sexual. Esto puede incluir información sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual, el uso de métodos anticonceptivos y cómo manejar los cambios fisiológicos del envejecimiento.
  7. Mantener un estilo de vida saludable suele tener un impacto positivo en la salud sexual. Es decir, seguir una dieta saludable, unos hábitos de sueño suficientes y limitar el consumo de la nicotina, el alcohol y otras drogas.
  8. Realizar ejercicio ayuda a mejorar la salud cardiovascular, lo que puede mejorar la función sexual. En este punto, informamos que existen los denominados “ejercicios de Kegel” que fortalecen los músculos del suelo pélvico y pueden ser útiles para las mujeres mayores que experimentan incontinencia urinaria o debilidad muscular.
  9. Controles médicos periódicos para las mujeres y los hombres que anticipen patológias como por ejm.: Cáncer de próstata, de útero, de mama, etc.
  10. Orientar al anciano en caso de disfunción sexual, fomentando manifestaciones de independencia:
    • Será capaz de esteriorizar y satisfacer libremente sus deseos sexuales y siente necesidad de ello
    • Responde a los estímulos y es capaz de mantener el impulso sexual dentro de los hábitos que ha desarrollado durante toda la vida
    • .Capaz de expresarla a través de caricias , gestos , abrazos u otras demostraciones .
  11. Recomendar acudir a un terapeuta, cuando se mantiene una disfunción sexual que genera malestar emocional, a los efectos de identificar los factores psicológicos o afectivos que contribuyen a los problemas sexuales y proporcionar herramientas para manejar estas variables.
  12. Asumir un rol terapéutico y de apoyo social: las personas mayores tienen diferentes orientaciones sexuales e identidades de género. Ayudar a reconocer la importancia de la inclusión y la diversidad en la sexualidad en la tercera edad puede ayudar a garantizar que todas las personas mayores tengan acceso a la atención y el apoyo que necesitan


Puntos claves:
  • La exclusión social es una de las peores consecuencias de la edad avanzada. El ser humano, para tener una vida con calidad, debe sentirse parte de la comunidad en la que se desenvuelve, sentirse productivo, reconocido, amado y, de algún modo, necesario. Esto es un reto difícil de conseguir y un campo en el que el personal de enfermería tendrán que trabajar, tanto con la persona mayor como con su entorno social. Por ejemplo, promoviendo el acceso a las nuevas tecnologías, el asociacionismo, el contacto con la familia, la interacción con el entorno, el acceso a la cultura, entre otras.
  • La primera evidencia es que la sociedad margina a los mayores y les trata como seres asexuados, cuando la sexualidad es una más de las acciones propias del ser humano.
  • La conducta sexual en la tercera edad puede verse influenciada por una variedad de factores, por tanto debe tratarse en la vejez con la misma naturalidad que en cualquier otra edad, se debe abordar la sexualidad de una manera abierta y respetuosa para erradicar las falsedades:
    1. Los ancianos no tienen deseo sexual
    2. Los ancianos no pueden tener relaciones sexuales
    3. Las personas mayores no deben tener relaciones sexuales
    4. Los ancianos no necesitan preocuparse por enfermedades de transmisión sexual (ETS)
  • Debe comprenderse las barreras y limitaciones que la salud sexual experimenta si el entorno socioafectivo se ve afectado negativamente por la edad y el ingreso en una institución, esta verá afectada la posibilidad de establecer nuevas relaciones socio-afectivas, íntimas o sexuales.
  • Es importante recordar que las disfunciones sexuales son comunes en la tercera edad y no deben considerarse vergonzosas o tabú. Es importante hablar con un profesional de la salud si se experimentan problemas sexuales para explorar opciones de tratamiento y mejorar la calidad de vida sexual.










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