domingo, 25 de noviembre de 2012

Cambios en la Vejez

Los cambios físicos en la Vejez 


LA PLASTICIDAD PSICO-SOCIAL EN LA VEJEZ


Edad cronológica: Es la que va desde el nacimiento hasta la edad actual de la persona. Definición referencial y arbitraria de vejez.

Edad biológica: Tiene en cuenta los cambios físicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas.

Edad psicológica: Define a la vejez en función de los cambios cognitivos, afectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital.

El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivas-valorativas del presente, pasado y futuro, así como de crecimiento personal)

Edad social / funcional: Suele medirse de acuerdo con un criterio demográfico y de “productividad” es decir la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenecen y la utilidad social. Estimación que varia según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo “viejo-sabio”, “viejo-inútil”.

CAMBIOS RELACIONADOS CON EL ENVEJECIMIENTO:

ARRUGAS

¿Por qué aparecen arrugas y cambian las características de la piel?

Las características fundamentales del envejecimiento de la piel son la pérdida de elasticidad y la deshidratación. Las células epidérmicas se adelgazan y la modificación en los haces de colágeno, junto con la falta de hidratación, provocan las arrugas. La repetición de un mismo gesto facial a lo largo de la vida, el clima y la exposición al sol prolongada son algunos de los elementos que influyen en el envejecimiento dérmico.

Es habitual también, la aparición de un doble mentón y la caída de los párpados por la propia flaccidez de la piel. Hay un atrofia de las glándulas sudoríparas y sebáceas que proporciona un aspecto seco a la piel y obstaculiza el proceso normal del sudor, disminuyendo de esta manera el olor corporal.

La piel del anciano está menos vascularizada, por lo que la cicatrización es más lenta. La coloración de la piel es más pálida, aunque pueden aparecer una manchas más oscuras que reciben el nombre de léntigo (especialmente en las manos y en la cara).

Otra característica en la dermis de los ancianos la constituye la proliferación de verrugas seniles, especialmente en las mujeres.

CANAS

¿Por qué aparecen las canas y se cae el cabello?

Las canas aparecen como consecuencia de la disminución de la producción de melanina en el folículo piloso. La melanina es el pigmento responsable de dar color al cabello. A su vez, la velocidad de crecimiento del cabello y el diámetro del tallo están también disminuidos.

Tanto la aparición de las canas como el propio debilitamiento y caída del cabello son signos muy ligados a factores genéticos, cambios hormonales y predisposición racial.

Los hombres suelen verse más afectados en número por la pérdida de cabello que las mujeres. En contrapartida, se produce un aumento del vello facial más destacado en la mujer, mientras que en el hombre este aumento se hace más aparente a nivel del pabellón de la oreja, en los orificios nasales y en las cejas.

DENTADURA

¿Qué cambios se producen en la dentadura de las personas mayores?

Con el envejecimiento los dientes sufren cambios característicos:

Adquieren un color amarillento-marrón, por la tinción, a causa de los pigmentos extrínsecos, ocasionados por bebidas, tabaco y bacterias orales. 
La pulpa se separa desde la corona y el canal de la raíz se estrecha como un hilo. 
Las raíces se vuelven quebradizas y se fracturan con facilidad durante las extracciones. 
La capa de odontoblastos que tapiza la cámara pulpar se torna irregular y discontinua. 
La pulpa sufre fibrosis y calcificación. 
La dentina se destruye más rápido que se regenera. 
Los huesos mandibular y maxilar (donde se alojan los dientes), sufren un proceso de envejecimiento similar al de otros huesos. 
Los cambios osteoporóticos (aumento de la pérdida ósea) contribuyen a la pérdida de los dientes. 
Las superficies de los dientes implicadas en la masticación se desgastan progresivamente a lo largo de la vida. Otro factor favorecedor del desgaste es el hábito de frotar o rozar los dientes unos contra otros (bruxismo). La abrasión (debida a un cepillado incorrecto) y la erosión (agravada por la acción desmineralizante de bebidas dulces) son fenómenos frecuentes. 
Las caries nuevas son poco frecuentes en la vejez. La pérdida de interés por la higiene dental y un declive en la destreza necesaria para el cepillado de los dientes puede conducir a la acumulación de placas y a la caries. 
La pérdida de dientes puede evitarse con la reinstauración de medidas higiénicas adecuadas, realizadas tanto por el propio individuo como aportadas por los dentistas. 
La recesión de las encías se presenta en todos los ancianos. El anclaje epitelial que forma un anillo alrededor del diente, en la interfase con las encías se separa y abre una vía para el acúmulo de partículas de distintos materiales con bacterias (placa), y para la hinchazón, hiperplasia inflamatoria o infección. Tanto si la recesión es debida a un proceso fisiológico o si es el resultado de periodontitis crónica (inflamación en la membrana periodontal) debida a factores irritativos locales (por ejemplo, prótesis dental) debe ser clarificado. Después de los 40 años, la periodontitis crónica es la principal causa de la pérdida de los dientes. 
Con el envejecimiento, el epitelio de la mucosa oral se hace relativamente fino y atrófico. Estructuras especializadas, como las papilas de la lengua, también se atrofian asociándose a la pérdida del gusto. Otras estructuras como la mucosa del paladar, sufre edema y queratinización (es decir, se acumula proteína insoluble). El epitelio oral también presenta cantidades crecientes de glucógeno y alteraciones en el colágeno. 

ENVEJECIMIENTO

¿Cómo retrasar el envejecimiento?

El envejecimiento, como evento vital evolutivo, trae aparejado una serie de cambios biológicos, psicológicos y sociales que implican para el sujeto la necesidad de determinados ajustes. Experiencias de la vida y resultados de investigaciones demuestran que si se adopta un estilo de vida positivo y se realizan actividades que procuren un mejor funcionamiento del organismo y de la mente, se asegura una óptima calidad de vida en la tercera edad. "Los adultos de hoy serán las personas viejas de mañana".

Numerosos investigadores se afanan en encontrar una terapia, procedimiento o medicación que permita alargar al máximo posible la existencia humana.

El problema está en que no se trata sólo de dar más años a la vida, sino además de cómo otorgar más vida a los años, lo que significa lograr una longevidad con bienestar.

Numerosas investigaciones afirman que los estilos de vida condicionan la longevidad en un 75%. Para aprender la forma de llegar a viejo de manera exitosa hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

MOTIVACIÓN: se puede orientar hacia cualquier cosa, desde ayudar en la educación a los nietos hasta dedicarse a una actividad artística, cultivar el jardín u organizar una peña. En definitiva, consiste en seguir sintiéndose útil.

SALUD: se deben seguir los consejos de los profesionales de la salud y acudir a estos de forma precoz ante cualquier afección.

ALIMENTACIÓN: hay que evitar los excesos y comer moderadamente. Se puede comer de todo si se llevan a cabo algunos principios como: reducir las grasas animales, los dulces y la sal.

EJERCICIO: dedicar 40-50 minutos tres veces a la semana a caminar. La práctica del ejercicio no sólo sirve para mantener los músculos sino que mantiene el funcionamiento adecuado de distintos órganos, especialmente el corazón, los pulmones, el cerebro, el hígado y los riñones. Los ejercicios, en especial si se realizan en compañía, tienen además un efecto psicológico que hace que una vez que se ha logrado el hábito, se convierten en una placentera necesidad.

CULTURA: todas las manifestaciones de la cultura ayudan a enriquecerse espiritualmente y a relajarse, combatiendo el exceso de estrés... Leer un libro, tocar un instrumento musical, oír música, pintar, observar buenos cuadros… en fin, disfrutar de cualquier manifestación de arte alegra la vida y, por tanto, aporta mayor bienestar y calidad de la misma.

MEDIO AMBIENTE: un medio ambiente sano, y libre de contaminación, es imprescindible para una longevidad satisfactoria.

En definitiva, el envejecimiento cambia el comportamiento de las personas, pero a su vez, el cómo las personas se comportan influye en la forma en que envejecen. Diversos son los factores que determinan, median y motivan el logro de una longevidad con bienestar, pero resulta indudable que el sistema de actividades, el mantenimiento de expectativas, así como el predominio de un humor positivo, juegan un importante papel en este sentido.

ESTATURA

¿Por qué las personas mayores dismuinuyen de estatura y adoptan una postura más encorvada?

En las personas mayores se producen una serie de modificaciones a nivel del sistema musculoesquelético y un envejecimiento óseo, en donde la masa ósea disminuye y se desmineraliza. En concreto, la mujer sufre una pérdida de masa ósea del 25% y el hombre un 12%, y recibe el nombre de osteoporosis primaria o senil. Se produce por una serie de causas como falta de movimiento, una deficiente absorción e ingesta de calcio, una pérdida excesiva de minerales y por diversos trastornos endocrinos.

Teniendo en cuenta esto, la disminución de la talla se produce por el estrechamiento del espacio entre los discos vertebrales. Dado que la función de éstos es amortiguar el peso corporal e intervenir en los movimientos de flexión, inclinación y rotación, es fácil comprender la silueta de las personas de edad avanzada, en la que es característica la cifosis dorsal. Para compensarla, la persona tiende a flexionar las rodillas y la cadera e inclinar la cabeza hacia delante, aparentando unas extremidades superiores más largas y un tronco más corto.

Las personas mayores también sufren una insuficiencia muscular, que si la sumamos a la presión que tienen que aguantar las rodillas, explica el giro del pie hacia fuera (valgo) que muestran algunas personas, propiciando las callosidades y las alteraciones del equilibrio corporal, la alineación y la marcha.

Se pueden dar una serie de recomendaciones para favorecer la prevención o el retardo en la aparición de los problemas del envejecimiento a este nivel, como son el ejercicio físico, adoptar posturas correctas y adquirir el hábito de andar con frecuencia.

FERTILIDAD

¿Cómo cambia la fertilidad en la vejez?

La fertilidad varía dependiendo del sexo del individuo. La fertilidad femenina termina con la menopausia, además no es conveniente tener hijos en la última etapa de la madurez fértil, ya que en la edad de la premenopausia el riesgo de enfermedades en el feto, como el síndrome de Down, se incrementa y el riesgo materno también. Esto se debe a que los óvulos están formados desde el nacimiento de la mujer y el paso de los años pueden deteriorar su contenido genético.

La fertilidad masculina puede permanecer toda la vida. Existen hombres que se convierten en estériles espontáneos sin causa conocida, pero no parece corresponder al envejecimiento ya que ocurre a edades más tempranas.

Contrariamente a la maternidad, la edad no impide la paternidad ni aumenta un riesgo para el feto, no identificándose un aumento del porcentaje de enfermedades fetales, ya que los espermatozoides se fabrican a lo largo de toda la vida por lo que el deterioro genético por el transcurso de la edad queda descartado.

DEFORMACIONES DEL PIE: JUANETES

¿Por qué aparecen los juanetes?

El juanete, denominado hallux valgus, es la angulación lateral del dedo gordo del pie, que da lugar a la formación de una prominencia ósea y a la aparición externa de un callo. Suele afectar a ambos pies y, en principio, son lesiones leves que pueden aparecer en todas las personas, pero que si no se tratan de forma adecuada pueden llegar a agravarse y provocar gran malestar.

Se trata de una de las lesiones articulares o deformidad de los pies que más frecuencia tiene en la población mundial.

Su aparición puede relacionarse con distintos factores, entre los que destaca el uso de calzados de punta estrecha y tacón alto que comprimen el dedo gordo y lo empujan hacia el segundo dedo, por ello, las mujeres suelen ser las que más padecen este tipo de problema. Otros factores son tener los pies planos, antecedentes familiares, ciertas enfermedades como la artritis, o realizar actividades que requieren demasiado esfuerzo de los pies, tales como el ballet.

Los juanetes tienen unas manifestaciones muy características, ya que se puede observar la presencia de callosidad y enrojecimiento en la base del dedo gordo del pie y la rotación del mismo hacia los otros dedos. Además aparece una protuberancia ósea en la zona. El signo por el que la persona afectada acude a su médico de cabecera es la presencia de dolor en la articulación, que empeora con la presión ejercida por el calzado.

El tratamiento es muy sencillo ya que cuando un juanete comienza a desarrollarse, se recomienda mantener un buen cuidado de los pies: usar calzado con espacio amplio para los dedos, hacer ejercicios a diario para mantener los músculos del pie en buen estado y ponerse hielo o levantar el pie durante unos 20 minutos si se nota que está inflamado. Los ortopedas suelen prescribir plantillas de fieltro o gomaespuma para proteger el juanete o bien dispositivos para separar el primer y segundo dedos durante la noche, y así evitar que la deformidad siga avanzando. También se puede recurrir a la fisioterapia para aliviar los signos de dolor.

Un juanete pasa a ser una lesión grave cuando se produce una deformación severa que cursa con mucho dolor. En este caso, puede ser necesario recurrir a la cirugía para realinear el dedo y eliminar la prominencia ósea. La intervención quirúrgica está indicada en aquellos casos en los que el juanete impide realizar actividades normales como caminar o cuando la persona presenta cualquier signo de infección, como enrojecimiento o inflamación, especialmente si es diabética.

MEMORIA

¿Pierden memoria las personas mayores?

Las pérdidas de memoria son el estereotipo más frecuente con el que se identifica al sujeto mayor de sesenta años. Si bien es cierto que el deterioro cognitivo, y por tanto de la memoria, es progresivo, no hemos de olvidar, que puesto que cada persona envejece de una manera distinta, también son distintas los desgastes de la memoria y se manifiestan, por tanto, de muy diversas maneras.

La edad , "per se", no debe considerarse como factor causal de este proceso degenerativo. Las causas neuropsicológicas pueden encontrarse en modificaciones en el número de contactos entre las membranas presinápticas o en cambios del nivel de actividad funcional de los contactos sinápticos existentes.

Por otra parte, es necesario diferenciar entre los distintos cambios de memoria que se pueden dar en el anciano, aunque no exclusivamente:

Los lapsos temporales son alteraciones intermitentes y no progresivas, en los que no hay trastorno cognitivo. Estos lapsos ocurren con mucha frecuencia en todas las personas.


Las pérdidas de memoria son un trastorno que suele estar acompañado de otras alteraciones en la capacidad cognitiva.

Existen algunas funciones de la memoria, y en general, de las funciones cognitivas, que son susceptibles al envejecimiento, mientras que otras funciones no son sensibles a él:


Funciones de la memoria estables con la edad:


Memoria remota: los sucesos ocurridos en el pasado son recordados con mayor facilidad que los acontecimientos recientes.

Habilidades cristalizadas: se preservan el vocabulario, que incluso puede desarrollarse más, la fonología, la sintaxis, el lenguaje escrito, la organización visual, la capacidad para designar los objetos conocidos o para localizar lugares en un mapa. El aprendizaje de habilidades motoras se conserva.

Recuerdo de lo sustancial de la información.


Funciones de la memoria sensibles a la edad:


Nuevo aprendizaje: en realidad, no es la capacidad de aprendizaje la que está afectada, sino la velocidad de aprendizaje, que es más lenta.

Profundidad de procesamiento: el procesamiento es más superficial, se encuentran más dificultades en el procesamiento de la memoria, más que en los "almacenes de memoria".

Recuerdo de detalles de la información y/o eventos nuevos: existe más dificultad para almacenar la información en la memoria a largo plazo.

Memoria no verbal: por ejemplo, es frecuente la pérdida de objetos o el olvido de dónde se han dejado.

Los sentidos, en especial el oído y la vista, la percepción y la sensibilidad cenestésica y táctil, velocidad de reacción, velocidad de aprendizaje, la eficacia en estrategias de organización semántica: pueden en ocasiones dificultar la comprensión de la información, afectando indirectamente al recuerdo de la misma.

La atención múltiple o dividida, por lo que existirá una mayor vulnerabilidad ante las interferencias.

Los deterioros comienzan manifestándose, en las primeras etapas, generalmente, a partir de los sesenta años, con una leve disminución de la memoria a corto plazo: recuerdo de números seriados, la proyección de dibujos y la búsqueda de similitudes y diferencias entre situaciones y objetos; y en la memoria episódica o a largo plazo.

Estos cambios, influyen en la calidad de vida y sobre el entorno del anciano, que suele afrontar estas primeras pérdidas con ansiedad y temor. Suelen darse tres tipos de respuesta por parte del anciano ante las primeras pérdidas de memoria:

Retirarse de las actividades que le producen estrés.

Irritarse, insistir en que lo que él/ella recuerda es lo correcto.

Aumentar la dependencia con respecto a sus familiares, amigos o profesionales.

A pesar del factor neuropsíquico causante de las alteraciones de la memoria, existen una serie de factores o condiciones que facilitan el buen funcionamiento de la memoria: la integridad del sistema nervioso, un buen estado físico, buena calidad del poder de atención, posibilidades cognitivas de organización y de juicios, un entorno adecuado, rico en estímulos y afecto, motivación.

Por ello, podemos dar una serie de recomendaciones y ejercicios de potenciación de la memoria.

Recomendaciones: estimular las capacidades que son necesarias para la buena memoria para compensar aquellas que se han debilitados por la edad. Estimularemos la motivación, la comunicación, el interés y la curiosidad, Ganar confianza en sí mismo, seguridad y usos de estrategias.

Ejercicios: Describir, retener y evocar trayectos, juego de memoria visoespacial con tarjetas con dibujos iguales y con figuras abstractas, localizar mentalmente objetos asociados a distintos lugares de su casa, observar, retener y evocar la ubicación de fichas, evocar la fecha actual, la cronología de hechos vividos y hechos históricos, clasificar por categorías, proverbios incompletos, resúmenes de textos leídos o escuchados, aparear imágenes por asociación, ejercicios de cálculo, confección de presupuestos, deducciones desde un texto.

PIEL

¿Por qué con la edad aparecen manchas oscuras en la piel?

La piel es la cubierta o envoltura exterior del cuerpo humano que funciona de manera permanente y cumple dos importantes misiones, por un lado la de relacionarnos con el mundo exterior y por otro la de protegernos de las agresiones de ese propio mundo.

La piel se compone de un tipo de células denominadas melanocitos que se encargan de formar una sustancia llamada melanina, responsable de pigmentar la piel. Junto con la melanina existe otra sustancia, la hemoglobina, que también interviene en la pigmentación de la piel.

Con el paso de los años la piel cambia sus propiedades y entre ellas su color, siendo normal que aparezcan las denominadas "manchas de la edad", que se producen por una hiperpigmentación de la piel y se pueden manifestar en forma de lunares, pecas, etc. Estas zonas hiperpigmentadas suelen aparecer sobre todo en los brazos, las manos y la cara y se producen por la exposición, continua o intermitente, a ciertos factores, internos o externos, a lo largo de la vida.

Entre los factores internos se encuentran algunas enfermedades, como la enfermedad de Addisson, que puede causar pecas o manchas en la piel; el exceso en la absorción de hierro; los cambios hormonales durante el embarazo y la menopausia; y la deficiencia de hierro, calcio o vitaminas A, E y B.

Entre los factores externos cabe destacar el sol, ya que los rayos ultravioleta dañan las células de la piel y pueden provocar un efecto negativo para la salud, predisponiendo a diversos tipos de cáncer de piel. También influye la utilización de algunos productos como son los cosméticos que contienen colorante con preparaciones de mercurio, fragancias que contienen alcohol y la ingesta de ciertos medicamentos para la HTA, la diabetes, el insomnio y la anticoncepción.

Entre los tipos de manchas existentes, cabe destacar los cloasmas. Son manchas que les aparecen a las mujeres después de los 30 años en la cara, sobre todo en las mejillas, la frente y la barbilla. Son el producto del sol y el efecto de cambios hormonales debidos a los embarazos o las pastillas anticonceptivas.

Es importante cuidar la piel, ya que una piel sana y cuidada es reflejo de unos óptimos hábitos de salud, higiene y nutrición.

CAMBIOS DE CONDUCTA Y ACTITUDES

¿Existe un patrón psicológico común en la vejez?

El envejecimiento psicológico de un individuo es la consecuencia de la acción del tiempo vivido y percibido por él sobre su personalidad. El tiempo de vida de las personas mayores, generalmente en situación de jubiladas o pensionistas, es cada vez más largo. Por eso las situaciones psicosociales y la propia personalidad pueden cambiar desde que la persona entra en la "tercera edad" hasta que alcanza la vejez avanzada.

Hay personas mayores a las que el hecho de envejecer les motiva a descubrir nuevos roles en la vida o les impulsa a buscar nuevos medios para conservar su habitual rol y no perder su estatus o razón de estar en el mundo social que conocen. Otros, en cambio, tienen una actitud totalmente negativa. Toda persona tiene un comportamiento, condicionado a diversos factores, y su capacidad de adaptación va a depender de su salud, recursos económicos y el apoyo familiar o social que reciba. Las posibilidades de adaptarse a la situación y puesto que la sociedad y la familia le ofrecen, están determinadas en la persona mayor por su pasado y sus capacidades de comunicación y respuesta. Sobre su pasado no se puede hacer nada. Pero sí, sobre sus posibilidades de comunicación y respuesta, podemos actuar a través de la acción de un equipo interdisciplinario (familia, trabajadora social, enfermero/a, psicólogo, médico...)

SALUD

¿Hay que asociar la vejez con la pérdida de salud?

La actual cultura occidental, consumista y elitista, ha colocado a la juventud en un lugar privilegiado frente a las demás etapas de la vida. Sin embargo, la felicidad, el bienestar, la productividad, entre otros, se pueden desarrollar a lo largo de toda la existencia.

El mito de que la vejez es una etapa de restricciones, privaciones y enfermedades debe ser desterrado, y así permitir que los ancianos puedan gozar de bienestar y salud hasta el fin de la vida. Se puede llegar a viejo sin problemas de salud físicos, ni mentales, todo depende del estado que mantenga previamente una persona. Si bien es cierto que el proceso de envejecimiento no está libre de problemas, la enfermedad no es exclusiva de la vejez como no lo es la salud de la juventud. Existe un estado ideal, un bienestar propio de cada etapa de la vida.

Y si estas etapas se viven al máximo de cuidado y prevención, se pueden conservar una gran proporción del organismo en forma saludable en la última etapa de la vida. Algunos modelos de enfermería (Roy, 1976) entienden el concepto de salud como de naturaleza esencialmente dinámica y resultante de un proceso de adaptación continua del individuo a su medio, de donde "envejecer en salud significa un proceso de adaptación a los cambios y una maximización de los potenciales del individuo" (Martorel y Aparicio, 1992). En la vejez, una definición completa de salud incluiría, al menos, independencia funcional, ausencia de enfermedades diagnosticadas y una autopercepción positiva de la salud. El antiguo modelo de envejecimiento como deterioro irreversible, facilitó creencias sociales negativas como la semejanza entre vejez y enfermedad, pero envejecer no es enfermar, aunque exista mayor prevalencia de enfermedades e incapacidades tras los 75 años.

Tales creencias sociales negativas, compartidas en ocasiones por los propios ancianos, repercuten en su autocuidado de salud. Por otro lado, las creencias y actitudes que tienen los profesionales de enfermería, así como otros profesionales de la salud, sobre el envejecimiento, la enfermedad o la muerte, modulan sus intervenciones y la eficacia y calidad de los cuidados gerontológicos. Provocan efectos negativos en la interacción de los profesionales de enfermería con los ancianos empeorando sus condiciones de salud, funcionalidad y bienestar; al mismo tiempo afectan negativamente a los propios profesionales de enfermería y de la salud, disminuyendo su satisfacción laboral (Ribera y cols., 1994,1993).

SENTIDOS

¿Por qué se producen alteraciones en los órganos de los sentidos cuando se envejece?

Cerca del 75% de los ancianos tiene alguna disfunción visual o auditiva, que en ocasiones limita la actividad funcional y favorece el aislamiento social. Muchas de estas alteraciones son debidas a los cambios que tienen lugar en los órganos de los sentidos como consecuencia del envejecimiento, pero en otras ocasiones son problemas que indican la existencia de una enfermedad.

VISTA 

El cristalino pierde elasticidad, lo que conlleva a la presbicia o dificultad para la visión de cerca. También se hace opaco por un cambio en las proteínas que lo constituyen, dando como resultado la aparición de cataratas, uno de los problemas visuales más frecuentes en las personas mayores. Por otra parte, la pupila disminuye de tamaño debido a la rigidez del iris, con lo que existirá un aumento de la sensibilidad a la luz y una dificultad de adaptación a la oscuridad. Esta menor adaptación a los cambios bruscos de luz hará que sea necesario más tiempo para recuperarse de un flash o un destello de luz, siendo frecuente el deslumbramiento.

Además, las personas mayores presentan una menor capacidad para la percepción del color y una mayor dificultad para seguir los movimientos oculares esenciales, lo que dificulta actividades como conducir.

El aparato lacrimal disminuye su secreción y el ojo se mostrará seco e irritado. Sin embargo, algunos ancianos pueden presentar un lagrimeo constante por la oclusión del conducto oculonasal.

La mácula recibe menor aporte sanguíneo, como consecuencia de los cambios vasculares que se producen en la vejez, lo que puede dar lugar a una degeneración macular que conlleva a una pérdida de la agudeza visual. Por último, otra enfermedad muy frecuente es el glaucoma que consiste en un incremento de la presión intraocular, debido a una mayor secreción del humor acuoso o a una disminución en el drenaje del mismo.

OÍDO 

En el aparato auditivo se producen cambios a todos los niveles, desde el oído externo hasta la corteza cerebral, siendo la presbiacusia el problema más frecuente. Se trata de un deterioro gradual que comienza entre los 50 y 60 años y que afecta tanto la percepción como la integración de los sonidos. Este deterioro de la función se produce de forma fisiológica pero hay cuatro tipos de factores que pueden favorecer su aparición, como son los factores genéticos, la enfermedad previa del oído medio, la vasculopatía y la exposición al ruido.

OLFATO 

Con la vejez se produce una atrofia de las fibras olfatorias que recubren la mucosa nasal, lo que conlleva a una disminución del olfato. Como consecuencia de esta pérdida, habrá una disminución de la capacidad para disfrutar de los alimentos y una reducción del apetito.

GUSTO 

Se produce una disminución del número y una atrofia de las papilas gustativas, que también se acompaña de una menor producción de saliva. Estos cambios fisiológicos, propios del envejecimiento, provocan una hipoagensia o disminución del sentido del gusto y una disgensia o alteración en la percepción de los sabores.

TACTO 

A medida que se envejece se produce una pérdida parcial de los receptores del tacto, que se manifiesta con una menor capacidad para reconocer objetos, y una pérdida de la sensibilidad de la piel, con la consiguiente mayor tolerancia al dolor.

SUEÑO 



¿Por qué los ancianos duermen menos horas?


Algunos cambios fisiológicos producidos como consecuencia del envejecimiento provocan, amenudo, una alteración de los patrones de sueño y descanso en el anciano.

El sueño normal consta de dos periodos bien diferenciados: sueño no REM, que se compone de cuatro estadios, y sueño REM, en el cual se producen los sueños como tal.

En los ancianos, los estadios tres y cuatro, correspondientes al sueño profundo, decrecen significativamente e incluso algunos carecen prácticamente del estadio cuatro.

Esto explica que se produzcan numerosos despertares nocturnos, ya que los estadios uno y dos son de sueño más ligero y más fácilmente interrumpible por estímulos ambientales. Cuando se produce esta situación, aumenta el tiempo de vigilia hasta conciliar el sueño nuevamente. Asimismo, tienen periodos más cortos de sueño REM. Por otro lado, los ancianos demandan periodos cortos de descanso a lo largo del día y suelen acostarse más pronto y levantarse más temprano.

Todas estas modificaciones en el patrón de sueño tienen su origen en los cambios fisiológicos que experimentan diversas estructuras del sistema nervioso central:

Número de neuronas disminuido: lo que produce alteraciones motoras y sensoriales, tales como el deterioro de la visión, que puede reducir la sensibilidad a los estímulos externos de iluminación y oscuridad que incitan los patrones de sueño.

Neurotransmisores: su función eficaz disminuye, alterando así los procesos relacionados con el inicio y el mantenimiento del sueño.

Núcleos talámicos: contienen unas estructuras que son las responsables del insomnio persistente si se destruyeran. Por otro lado, en el hipotálamo, se encuentra el núcleo supraquiasmático, que es el responsable del cambio de ritmo circadiano en el anciano, con tendencia a acostarse pronto y levantarse temprano.

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